No sé si mis compañeros de generación – o grupo etario que diría mi amigo Juan- mienten
a propósito cuando dicen que les molesta el reguetón o que el reguetón no es música. Yo
no soy muy versada en esta materia, pero habiendo compartido algo con ellos, con los de la
franja etaria, puedo sostener a estas alturas lo siguiente:
Lo de ser joven ha estado unido siempre con una expresión musical rompedora,
iconoclasta, que conduce a la controversia, la innovación y el cambio social. Esto lo
llevamos en el ADN.En nuestra época, todos creíamos saber algo de música; 2) todos
tocaban guitarra o soñaban con ser grandes bateristas; 3) todos tuvieron canción favorita o
escribieron alguna canción cursilísima, o se aprendieron una de memoria para convertirla
en “nuestra canción”. Es decir, músicos-músicos todos, hasta los desafinados y con dos pies
izquierdos. Además se pasearon entre el rock y el bolero, la salsa brava y
billos…rompiendo paradigmas, pues.
Entonces uno hoy va al gimnasio y ve a los maduritos-maduritos enchufados a sus ipods y
uno se pregunta: ¿caminarán, escalarán o harán pesas oyendo boleros, tangos, baladas o
sinfonías? ¡Míquiti! El reguetón energiza.
Creo, por lo que he oido, que en esto del reguetón no hay mucha novedad. Lo que han
hecho los super jóvenes es cambiar estructuras, darle importancia a unos sonidos y tapar
otros, unirse con lo primigenio desde la experiencia de la ciudad; actualizarse, pues.
En las letras -y aquí los quería agarrar- tampoco hay grandes cambios. Ahora me van a
decir que no les ha preocupado la problemática social. ¡Rubén Blades y Willie Colón, en su
época, no sabemos cómo vendieron tantos discos! Y menos la Nueva Trova, Soledad Bravo
o Mercedes Sosa. Por otra parte ¡horror!: Nadie ha hablado de sexo al oído; nadie ha
querido portarse mal o ha tenido fantasías; nadie ha hecho cochinadas. Agustín Lara, tan
honesto, bien vestido, bueno y honrado, allá por 1947, le cantaba a su María Bonita:
tu cuerpo, del mar juguete, nave al garete
venían las olas lo columpiaban
y mientras yo te miraba
lo digo con sentimiento
mi pensamiento me traicionaba.
Nos hemos enredados en conversaciones bizantinas sobre sexo que han durado toda la
noche. Y cuántas veces nos han dicho piropos subidos de tono…y cómo se mueren los
tipos por una carajita o en privado dicen obscenidades y las sábanas que se mojan, y la
subida de la falda…etc. etc. etc. Daddy Yankee, Wisin y Yandel, “están enamorados y de
su cuerpo son esclavos” ¿Les suena?
Lo que ha cambiado es la época: se habla más claro; ahora no hay vergüenza entre hombres
y mujeres (me sonó a abuelita) y las mujeres ahora son capaces de pedir lo que quieren,
entre otras cosas, buen sexo, lo que jode un poquito a los machos. Otra cosita: los amigos
de la franja etaria conocida ya no son tan rápidos, ni para cantar ni para otras cositas…
Pero todo tiene su encanto.