Seguramente falte poco para que la RAE apruebe la palabra Amazon como parte de nuestro léxico diario, pues lo es. Sabemos que partió de Amazonas, nombre exótico y diferente para Jeff Bezos, su fundador, que además significaba lo que él pretendía de su negocio: que fuera el mas grande, como el río.
La historia de la empresa la podemos ver en la red donde viene muy bien explicada. Lo que a nosotros nos interesa es esa sensación que debemos tener muchos, de entrar en una realidad paralela que nos ayuda a vivir.
Amazon se ha convertido en el dios del siglo XXI. Al principio uno se acerca con cautela para pedir un libro, luego algo de tecnología, luego otra cosilla… y así, ya uno está dentro de un universo que lo tiene todo y que no necesitamos ver para saber que existe y que puede cubrir y complacer nuestras necesidades. De allí comenzamos a hacer la compra diaria por internet, así como las grandes compras porque Amazon puede darnos de comer, vestirnos y colaborar con nuestra formación, nuestra economía y nuestra cultura.
Lo que impresiona es cómo se van modificando los conceptos de espacio y tiempo sin que estemos expresamente conscientes. El espacio ha sido ampliado. Aquello que pensábamos que era ciencia-ficción o que no lográbamos entender, ahora lo experimentamos. A través de nuestro teléfono personal o cualquier computador, estamos conectados con un mundo paralelo que nos brinda maná, ese manjar milagroso que según la Biblia, puede alimentar a todo un pueblo en el desierto.
El tiempo también se mide distinto, en los tiempos de entrega. Incluso sin suscribirnos, Amazon sabe dónde estamos ubicados y ya calcula en cuánto tiempo pueden satisfacer nuestra demanda, más si nos afiliamos al servicio prime cuyo costo es realmente poco y la entrega en la mayoría de los casos es de veinticuatro horas.
Por otra parte, Amazon es una escuela de negocios y márquetin, pues están todo el tiempo monitoreando el mercado y aplicando técnicas para llegar al cliente de una manera eficiente.
Amazon es un universo que nos ofrece millones de productos (literalmente, dicho por ellos) pero que también nos ha conformado una manera de vivir.